01 abril 2012

Can't be seen

Era dorado.

Todo él era dorado y mágico. Un incomprendido cruel al que solo le faltaba alguien que le calentara el corazón.

Solo le hacía falta descongelarse, pero su guitarra no fue suficiente.

Sus estrambóticos instrumentos de viento tampoco.

Timidez recubierta con una capa de arrogancia, disimulaba su fragilidad enterrándola en pieles púrpuras, ostentosos broches y holgos sombreros para tapar bajo su sombra una mirada insegura que cambiaba de color.

Proveedor de talento autoinfravalorado lleno de romanticismo en los días de vino y rosas. En el ojo del huracán, en mitad de la tormenta con la única compañía de los polvos hipnóticos en los últimos años de la psicodelia.

Tocaba las teclas del piano siguiendo el ritmo de sus latidos. Las drogas se comieron su timidez y luego se lo tragaron entero. Cortaron el cable rojo de la bomba de relojería que era su hipersensibilidad.

La mirada del alquimista musical se ha desvanecido en algún lugar de la noche. Desliza la yema de sus dedos por las ásperas cuerdas de la guitarra porque tiene que agarrarse a algo de la realidad.

-Qué le pasa.

No le pasa absolutamente nada, ese es el problema. No siente porque ya nadie lo hace. El mundo flota en la superficialidad de una imagen de pantalones desgarrados y chalecos de cuero y él se ha quedado hundido en el blues.

-Que coma algo.

Ahora todo le sabe a ceniza.

El mártir del rock que ha convertido su don en su sentencia y su sensibilidad en su condena.

2 comentarios:

  1. Interesante manera metafórica de narrar. Gracias por seguir mi blog.

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  2. "La mirada del alquimista musical se ha desvanecido en algún lugar de la noche." Qué perfecto.
    Y me han encantado las imágenes del margen,se nota que tienes buen gusto musical :)
    Un guiño ;)

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